Pérdidas y Consuelos
Cuando el corazón nos duele, cuando la razón nos falla, cuando sentimos de más al otro y de menos a nosotros, es cuando el amor se nos descompone y deja de parecerse al concepto de PARA SIEMPRE... Este espacio es para vaciar las penas porque a veces en las historias de los otros podemos encontrar consuelo
viernes, septiembre 01, 2023
La vida en sí...
domingo, julio 16, 2023
¿Cómo le hago princesa?
Y llegó como llegan siempre las cosas bonitas, de manera inesperada, como una estrella en el vientre.
Camila, nunca te conocí, te viví a través de los otros, de mi mamá, de mi tía, de tus bisabuelos, de tus tías y ahora pido que ese dolor que deja tu partida se reparta entre todos aquellos que conocieron tu nombre y desearon tu recuperación.
Leo a tu abuela escribir ¿cómo le hago princesa? y se me viene las palabras a los dedos ¿cómo le hiciste tu Cami para llegar tan lejos en un proceso tan cansado? sé que quisiste tirar la toalla muchos días, sé que la comida era un martirio, que los hospitales fueron tu casa, que la escuela hubiera sido una maravilla en vez de un tormento como para muchos niños. Te imagino viendo a la ventana deseando tener una "normalidad" constante, esa que muchos maldecimos y que para ti hubiera sido otra vida. ¿Cómo le hiciste Cami, para aguntar tanto? ese amor infinito de mamá, ese amor que pasó a ella a través de tu abuela, una bisabuela, tías terrenales, tías celestiales... ese amor que conectaba para darte ánimos, fuerza, amor para que pudieras seguir, para que pudieras seguir sintiendo todo lo que una niña de tu edad debería estar sintiendo. ¿Cómo le hiciste Cami, para no rendirte? admiro tu fuerza, porque acá las noticas eran, ya salíó bien, ya recayó, ya salío del hospital, ya regresó, ¿Qué te movía, qué te hacía seguir una y otra vez?
Cami, yo creo en el universo, en la energía, en dios pero como esa luz que nos da a todos esa chispa para hacer el bien y el mal a nuestro antojo confiando en que haremos lo mejor con ella. Aprendí a no culpar a Dios por esos procesos que jamás me dijo serían solo buenos, aprendí mejor a agradecerle y sentir bonito cuando las cosas bonitas pasan, cuando abro mi corazón y mis sentidos a oir la lluvía caer, a sentirme vivo al ver al cielo y creer que este me escucha, me entiende y unas veces me consuela y ahora con tu partida estoy muy seguro que esa chispa de vida que tienes fue alimentada con amor puro, sí, también con miedo de saber que los días están contados, pero también esa chispa fue llenada con mucha fe de que todo lo bueno tiene que pasar, que lo bueno es más grande, que lo bueno reina en nuestro día a día. Cami, bendita tu chispa que la hiciste durar hasta que ya no fue posible.
Esa pregunta que lanzó tu abuela al universo, me gustaría respondersela desde el amor y la empatía, no hay otra cosa que se pueda o deba tener cuando el corazón se tiene en el suelo, con la mitad de él incinerado y la otra mitad con huecos, dolor y cansancio. ¿Cómo le hago princesa? como lo hiciste tú Cami, alimentando esa chispa con el amor de los que están y no están, con esas ganas de pensar que todo estará bien mañana, CONFIANDO que seguro todo será mejor, aunque no lo parezca y no sea posible... al final todo sigue su curso.
El curso de Cami, fue el descanso, fue soltar el dolor y abrazar lo que sigue, confiar en el lugar que sigue, la vida que sigue, las personas que sigan, todo lo que venga seguirá llenandola de amor, haciendo más grande esa chispa, que a pesar de todo el cansancio su base, estoy seguro, fue el amor.
Cristy, no hay explicación del porque una chispa se puede apagar tan pronto y con tanto dolor, lo que si puedo asegurar es que tú acompañaste a Cami siendo balsamo para las quemaduras, paliativos para el dolor, alimento para el alma cuando la comida no pasaba, fuiste esa mano calida cuando el frío apretaba, esa historia que contabas para asustar los miedos, fuiste esa canción que bailaron, esa coreografía para darle un poco de normalidad a sus días, fuiste ese "todo estará bien" aunque tu corazón se moría de miedo.
¿Cómo le harás Cristy? confiando y sabiendo que diste y das todo el amor que inlcuso no sabías que tenías.
Te abrazo con el alma entera.
miércoles, marzo 22, 2023
– Dilo, deja que salga – me dijo...
Puso su mano sobre la boca de mi estómago, la mantuvo ahí y dijo
-habla
- ¿qué quieres que diga?
– no tú, tu cuerpo,
deja que hable.
Y mi cuerpo habló, de pronto un frío recorrió mi piel, pero
no de fuera, sino de dentro, un nudo en la garganta, un par de lagrimas
salieron de mis ojos sin explicación.
-Dilo, deja que salga – me dijo.
-No me dejes
Mi razón no entendía lo que boca decía… pero al sentir las
palabras por segunda vez llegaron a mis todos esos momentos que no entendí en emoción,
pero si en razón: todo pasa por algo. Esto es para que aprenda algo. Claro,
este me llevará a otro nivel. No llores, no hay tiempo para eso, hay que estar
a salvo. Sonríe todo es mejor sonriendo. Fíjate en no molestar, mejor apoya,
tienes que ser fuerte para los demás. No sientas, escucha a los otros, acompaña
a los otros.
Tanta razón fue guardando ese sentimiento entre los pulmones
y el estómago, ese lugar cómodo donde aprendí a que con azúcar se callaba la maldita
esa, esa que de pronto dejaba de ponerme de mal humor con un pastel de
chocolate, unas galletas oreo de vainilla, una Carlota de limón. Ese que salía
con mascará de ira haciéndome odiar al mundo, a la vida, a mi familia, a mi
suerte, mi lugar, mi espacio, mis decisiones, me era más fácil odiar que aceptarla.
En ese momento, con la mano de un extraño en la boca de mi
estómago, broto esa sensación de derrota, ese cansancio, se me borró la sonrisa
y la pude aceptar. La tristeza.
-Di lo que no has dicho, no a mí, sino a ti – me dijo el
extraño – ¿a quién le dices que no te deje?
En ese momento muchos momentos en mi vida fueron brotando.
A esa perrita que atropellaron cuándo yo era niño y no pude
despedir y en vez de eso, arranqué en ira destruyendo todo, “no me dejes” quería
decir, pero ya era tarde y no recuerdo que pasó días después, no recuerdo si me
explicaron la muerte, no recuerdo si me abrazaron, solo recuerdo esa ira.
Esas ganas de decirle a mi mamá, “no me dejes” cuando decidió
irse por su seguridad y para iniciar de nuevo con nosotros unos días después, yo
sentí que fueron meses y que ni siquiera pude decirle eso porque se fue sin
explicarme nada.
A mi papá cuando pudo quedarse a mi cumple pero prefirió irse
a estrenar una raqueta, “no te vayas, quédate” quería decirle, pero mi razón
convertida creció en ese momento, seguro tenía sus miedos y razones, pero me
hubiera gustado que se quedara.
A Daniel cuando decidió que era mejor el suicidio que quedarse
a jugar un rato más play, a contarnos los pesares de la vida, “no te vayas, quédate,
esto vale la pena a pesar del dolor, son más las cosas buenas que malas, juntos
se siente menos feo” es lo que me hubiera gustado gritarle al oído, abrazarlo
antes de que decidiera cortar su respiración.
A mi abuela María, la mala unos días, la dura otros, la que
hacía milagros con la inestabilidad de mi padre, la que estuvo siempre con una
salsa, tortilla y frijoles como base de todo alimento. “quédate un poco más, vamos
a comer juntos, déjame llevarte” pero no pudo, el carbón de su infancia pasó
factura a sus pulmones, eso y el cigarro y pues no sufrió mucho, pero yo sigo buscándola
en un buen taco, una salsa tatemada y unos frijoles negros.
El mejor consejo de todos, “no mata el alcohol, lo que mata es la coca” decía mi bisabuelo, “no te vayas todavía, aún tenemos muchas celebraciones por delante” y tanto celebró que hasta se hizo amigo de su cáncer, tanto tanto que no supo que lo tuvo.
Mi mejor amiga, después de 14 años me cumplió el deseo de
que si se iba a morir fuera en mis brazos y a pesar de eso y ciego de su
sufrimiento le pedí “no te mueras, no me dejes, a quién le voy a contar todas
mis locuras, No te mueras y prometo sacarte más a pasear, pero no te mueras” Me
miró de forma cansada y yo le pedí perdón por todo y le agradecí por esos 14
años pero aún no quería que se fuera.
La bisabuela del té de manzanilla con leche, la de la panera
llena de conchas y gendarmes, a la que le tomaba de su monedero para comprarme
tonterías, la de la magia…. No le pude decir nada porque tenía muchas batallas
en la mente y no se me ocurrió decirle nada en ese momento. Hoy día, si le
pudiera decir algo sería: gracias por no dejarme sin rumbo y hacer lo mejor
para mi a pesar de tus años y perdón por toda la lata que di.
A mi abuelo el que prefirió irse lejos, el que no quería
incomodar, ponernos en peligro, el deportista incansable, el taquero, el necio
que prefería dormir con el control en mano antes de cederlo. Gracias por ser
hilo conductor, gracias por ser el padre de mi madre, gracias por hacerla feliz,
gracias por mi infancia de galletas, tacos y paseos a lugares asombrosos.
Tantos momentos tristísimos para mí, tanto dolor callado, recuerdo
haberme derrumbado a mi manera, pero no recuerdo haber pedido ser abrazado o
consolado, hice una constante el “ser fuerte” y luego enojarme porque nadie
estaba para mí. Un ciclo donde yo era fuerte para que nadie se me acercara
porque si lo hacía me quebraría y saldrían no sé que cosas, para después recriminar
que nadie estaba para mi y luego ser más fuerte para mi porque los demás a mi
alrededor suponían que yo estaba bien.
No es que al día de hoy ya vaya llorando por la calle o que
a la primera perdida o bajón vaya a ser otro, para empezar pido al universo por
no tener otra perdida, pero como sé que esas son inevitables, me pido a mi
mismo la capacidad para poder vivir las penas a través de todas las emociones respetando
a cada una en su proceso, sin estancarme, sin acortarlas, sin alargarlas, sin
disfrazarlas… sintiéndolas… fluyendo.
-Dilo, deja que salga – me dijo, y así está siendo.
domingo, enero 29, 2023
Elegir la vida...
No recuerdo si me contaste de la bolita en tu pecho antes de saber el diagnostico, hoy que inicio a escribir estas líneas empiezo a recordar un poco, pero todo muy vago. Ese día Marco, tu compañero de vida, me habló por teléfono para decirnos que llegáramos antes a casa para recibirte y darte la noticia todos juntos, él, mi hermano y yo para decirte que la biopsia había dado positiva a cáncer. Menudo notición para una tarde nublada.
Me contaste que estabas en casa una noche viendo la televisión
y que un comercial, bendita tele abierta que yo te reclamaba por
ver teniendo opciones más interesantes por cable o en otras plataformas, salían
actrices diciendo “Tócate” y eso hiciste esa noche para descubrir una pequeña
bolita. Le hablaste a Marco para decirle que seguramente no era nada, que no
pasaba nada y también él bendito, él y su obstinación que puede ser fastidiosa
muchas veces, pero que esa noche fue clave para poder contar hoy la historia desde otra posición. Marco casi te obligó a ir consulta, te acompañó a la biopsia pidiendo a la
doctora en secreto que le dijera a él primero el diagnóstico antes que a ti, esto para saber la mejor manera de darte la noticia, si es que había una "mejor" manera.
Me cuentas hoy día de que estabas segura que la biopsia sería negativa a cáncer,
que lo sentías, que estabas confiada, pero al vernos a los tres en casa antes ya
te ibas dando cuenta, pero aun así seguías negando la posibilidad de tener cáncer
de mamá.
Recuerdo estar en tu habitación, darte la noticia, plantear todas las opciones, pero la única a la que te aferraste fue a la sanar, a la de vivir fuese como fuese. Busque consejo con una persona de mi pasado que seguía estando presente y que sigue, a veces las historias inconclusas las llevamos toda la vida, y agradezco que él nos dio el contacto de un oncólogo cirujano que te acompaño en todo el proceso con seriedad pero con mucha empatía. Fue en una de las primeras consultas donde él plantea la opción necesaria de la mastectomía: un cuarto de mama, un medio de mama, la mama completa… para ese momento la mastografía en ambas mamas había indicado que la derecha tenía el cáncer muy pequeño y que la izquierda tenía calcificaciones. Tu respuesta al planteamiento de la mastectomía vino de tu boca con una seguridad que me hizo casi romper a llorar en ese momento, pero no podía... estaba de apoyo a cualquier decisión que tomarás, dijiste: mastectomía en ambas mamas. Con esa decisión estabas dejando a un lado tus pechos, tu feminidad conocida, tu vanidad, fueran pequeños o como fueran eras tus pechos y estabas eligiendo vivir. De todas las decisiones valientes que has tomado en tu vida, fui participe de esta y casi me pongo a llorar al ver lo valiente que fuiste y que has sido todos los días de tu existencia, siempre eligiendo el amor y la vida. Elegiste perdonar a tu papá que hizo distinción con tus hermanos, elegiste perdonar a tu mamá en los errores que te hubiera gustado no hubiera cometido, elegiste perdonar al hombre que elegiste amar desde el día uno y que terminó casi con tu vida, pero no con tus ganas de amar, elegiste iniciar de cero, elegiste creer en ti a pesar de que muchos te decían lo contrario, elegiste perdonarte por tu fallas como madre, elegiste tener mascotas y aprender a cuidarlas, elegiste el proceso de verte con cariño a pesar de las cicatrices.
Tu cáncer fue un proceso muy doloroso, fueron muchas
cirugías, muchos días rezando porque el tratamiento funcionara, que no tuvieras
secuelas. Fue someterte a la mastectomía dolorosa junto con la reconstrucción
mamaria, luego la cirugía para retirar el implante derecho ya que tu cuerpo lo
rechazó, luego otra cirugía porque también el otro implante fue rechazado. El
tratamiento de la pastilla diaria trajo complicaciones en tu matriz y había el
temor de que hubiera cáncer en matriz, gracias a dios no lo hubo. Primero fue
dar tus mamás, luego tu matriz… todo por estar viva, porque siempre has elegido
vivir.
En tu primer cirugía tenías una cara de miedo, que miedo,
terror. Se veía en todo tu semblante el pavor que tenías. Te acompañé hasta el quirófano,
tomé tu mano, te abracé antes de que subieras a la camilla y evité llorar todos
mis miedos ¿y si algo te pasaba? ¿y si no salías del quirófano y si algo salía
mal? ¿y si esa era la última vez que te vería? Me aferré a mi confianza al
universo, a Dios, a la vida y dejé todo en manos de algo que me diera calma.
Saliste viva, cansada y dolorida pero viva. Me di cuenta de que mi reacción a los momentos de
miedo e incertidumbre es ponerme en blanco, paralizarme, pero gracias a dios
estabas ahí intentando entender y adaptarte a tu nueva realidad.
Pasaste por tanto y nosotros acompañándote intentando
hacerlo más llevadero. Solo una persona que se aferra a la decisión de la vida
como tú lo hiciste sabe el abanico de las emociones mejor que nadie, miedo, ira,
coraje, tristeza, ánimo, incertidumbre, agradecimiento, dolor, amor, confianza,
seguridad, tranquilidad, todas en un mismo día. Miedo a que el cáncer regrese,
ira por no saber porque a ti y no a alguien más, coraje por perder parte de ti,
tristeza al ver tu imagen al espejo, ánimo al volverte a ver al espejo y saber
que es más importante estar viva con cicatrices que no estarlo, incertidumbre por no saber qué más te traería
la vida, agradecimiento de contar tu historia desde el plano de la salud, dolor
porque removiste viejas cicatrices de autoestima, amor por todo lo que estaba a
tu alrededor, confianza de saber que pasase lo que pasase estabas viva, seguridad
cada vez que tomabas tu pastilla diaria, tranquilidad al saber tu capacidad de
sanación interna, tranquilidad por tu capacidad de amarte y amar tu entorno.
Ma, escribo esto recordando el dolor y el miedo que pasamos
años atrás, escribo esto para rescatar y resignificar la historia. Escribo esto
con la intención de recodar siempre elegir la vida a pesar de todo.
Espero estas líneas las leas con ojos de desapego sabiendo
que la vida nos pone y nos quita a su antojo, no con malicia o con bondad, sino
con la naturalidad de que todo es un proceso de sumas y restas… nuestra única ventaja
ante todo cambio es conocer bien nuestras emociones para poderlas vivir con responsabilidad,
para amar con intensidad, para odiar cuando sea necesario, para agradecer y
maldecir sabiendo que todo es un momento.
La felicidad es pesar de todo y no con base en…
Gracias mamá.
sábado, enero 21, 2023
Para Michael
No sé ni como iniciar esta carta. Sabes... es más el miedo el que me hace alejarme y si me preguntaras ¿miedo a qué? la verdad es que no sé ni yo el nombre del miedo. Es por ello que decidí escribirte estas líneas que tal vez ni ganas tengas de leerlas y lo entiendo.
Mi historia no es especial, no es algo fuera de lo común, no es destacada y tampoco un drama... mi vida la considero un ciclo de varias vidas intentando mejorarse día a día, lo que implica que los personajes en mi historia hayan tenido errores. Los personajes que han tocado mis días no son ni héroes ni villanos, solo son personas que me han dado la opción de decidir qué hacer con las acciones que sus roles jugaron en ellos.
Hubo violencia en mi infancia, el más mínimo error me costaba una golpiza, me hicieron sentir que era torpe, que era mejor no hacer para evitar equivocarme, entendí que el amor duele, el amor te pega, el amor te maltrata, el amor se sufre. Llevo muchos años siendo consciente de lo que hice inconscientemente muchos años más.
Un día apareces tú, con tu sonrisa honesta y linda, tu forma de hablar con acento a otro país, con halagos para mí. Tu manera de verme me incomoda, me ves guapo, seguro, me dices que soy un gran partido. Espera Michael, así no son las cosas, a mí el amor me tiene que costar, el amor lo tengo que conseguir, lo tengo que conquistar, a mí el amor no me dice cosas lindas sin hacer yo el más mínimo esfuerzo, ese amor fácil no es de fiar, ese amor seguro lastimará más. No te creo, me digo a mí mismo.
Me detengo a escuchar mi propia conversación y caigo en cuenta de que me sigo contando la misma historia inconsciente desde niño, ay Michael, no hay peor discapacidad que la que nos trae un pasado mal manejado. Yo que creía que ya estaba bien, caigo en cuenta de que sigo huyendo de lo que podría lastimarme y si he de aceptar el amor, me tengo que ganar su aprobación, lo fácil no existe.
Y no es que tenga la autoestima baja o tal vez sí, no sé, pero lo que sí sé es de que pie cojeo, no confío en las palabras de afecto fáciles, no porque no sea guapo o no sea lindo, lo soy, me gusta cada día más lo que veo en el espejo, pero de pronto tú con tus palabras, tus regalos como vendaval me abruman.
Trabajo en todo esto que te escribo, porque duele querer algo que yo mismo no dejo entrar por conductas resignadas antes que aceptadas y trabajadas.
Creerás que no te pienso y que no me gustaría conocerte más, sí lo quiero hacer, pero no a tu ritmo y pedirte que vayas al mío no asegura que las cosas salgan bien y ni justo sería para ti.
Sabes, por un momento me permití soñar que todo lo que me decías sí pasaba, que despertábamos en algún otro país, tú con tu cabello despeinado, yo con mis pies pegados a tus piernas y sin que me molestara que roncaras, porque de seguro lo haces. No había frío ni hueco en nuestros pasados que necesitar ser tapado con la presencia del otro, simplemente las ganas de estar ahí, aceptándonos mutuamente. Mantengo ese sueño lo que dura una pieza de Debussy, termina y despierto...
Yo a cientos de kilómetros, tú con tu vida llena de historia, yo en la mía llena de trabajo interno resignificando la idea de que eso que quiero solo sucede en los sueños.
Michael, te escribo esta carta con la intención de contarte un poco de mí, esperando entiendas, esperando no seas vendaval que arrasa con todo y mejor seas aire diario freso y constante. Te escribo estas palabras con la intensión de disculparme por no ser, por no estar, por no haber sucedido.
Desde aquí un abrazo a toda tu locura.
domingo, enero 15, 2023
Soy la historia que aún no me sucede.
Soy la suma de las vidas de que han tocado la mía, soy la suma de las decisiones tomadas y no tomadas hasta ahora en mi vida, soy la resignificación de los sucesos que he corrido por mis días. Soy la suma de aciertos y equívocos, soy la voz que me habla para hacer consiente lo inconsciente, esa voz que me pregunta ¿Por qué sientes eso? ¿Por qué te cierras a tratar a esa persona? o incluso la pregunta de ¿es miedo a lo que viene, terror al confort o falta de confianza en ti mismo? A veces esa voz que pregunta, me motiva y otras me aterra, pero como decía, son muchas las personas, los sucesos que me hacen ir más decidido; son más los abrazos dados que los no dados, son más las acciones positivas que me hacen el corazón grande que las que me dejan arrepentimiento y culpa.
Voy a tomar una decisión con base en la experiencia y los
consejos de la gente que amo y admiro.
Mi madre el año pasado, 2022, pongo el año para cuando
llegue a leer esto de vuelta lo tenga bien presente, me regalo el resignificado
más grande que pude tener… Yo en mi adolescente herido que no sé si algún día
dejaré de ser, le recriminaba su presión por estudiar algo que me dejará dinero,
no lo decía con esas palabras, pero siempre hablaba de los financieros, de su
trabajo. Quería que fuera como ellos, exitosos en un mundo de dinero y números.
Lo intenté y no pude, me frustré y viví enojado culpándola por su persuasión, juró
que lo intenté una y otra vez durante cuatro años donde mi aprendizaje fue deja
ir lo que no te me hace feliz. Ver a los compañeros de clase apasionados,
participando, acertando cada una de las respuestas mientras yo intentaba
entender la pregunta, me hacía sentir tan tonto y así la autoestima se me fue
hasta el límite, pero eso no lo sabía ni lo entendía, las emociones eran algo
tan ajeno a mí. Pasaron bastantes años hasta que en uno de mis arrebatados reclamos
le dije a mi mamá que por su insistencia había estudiado algo que no me apasionaba
y que la carrera que terminé no sé hoy día es lo mío. Ella desarmó mi
argumento con su respuesta: sea como sea, para mi es un descanso saber que tú puedes elegir, puedes cambiar de trabajo si quieres, puedes hacer lo que
quieras. Esas palabras me hicieron cambiar la forma en como contaba mi historia
y vivía el reproche, pude liberarme, avanzar y tener la confianza de poder
elegir no estar en donde no soy yo, de poder empezar de nuevo en cualquier
lugar que yo quiera.
Luego viene SandRa, la que se fue de pronto, de la que
hablaba en mi post pasado. Bastaba verla en sus fotos para saber que vivía bien,
seguramente con muchos altibajos como todos, pero supo aprovechar sus días en
viajes, celebraciones y muchas canciones de Alejandro Fernández. SandRa, tu
partida me empuja la pregunta: ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿la estoy
cantando como quisiera? De nuevo la certeza de que la vida es un instante y no la
quiero gastar en lo seguro, en el confort de lo que dan los días iguales y sin
sentido. SandRa, gracias por ser risa y vida en los días que te tuvo la misma
vida.
Obviamente viene a mi mente mi abuela, ay Olga Deveaux, tan
grande tu vida y tu manera de reinventarte sin reclamo alguno. Tanta perdida, tanto
cambio, tanto dolor para una sola vida y tú sigues sonriendo, sigues amando, ¿Cómo
le haces? pido a la vida tu fuerza para seguir día a día con ánimo y amor a
pesar que sienta en la entraña todo lo contrario. Fue tu cáncer el que hizo darme
cuenta de que lo que no se dice avinagra la sangre, el cuerpo, el alma… así que
gracias a eso, el decir las groserías que digo con la intención que las digo es
tan liberador, a veces imprudente, pero fuera de mi sistema y sí abue, hay días
en que maldigo hasta mi sombra y a mi misma vida y aún así es mejor que
pretender que todo está bien y que mi vida es maravillosa como muchos piensan
en las redes sociales, oh no señores, mis redes reflejan el aprendizaje de mis
peores momentos y gracias al universo y usando el regalo que me dio mi madre, yo
elijo el paisaje donde contar mis días. Así que sí abuela te admiro mucho y el
miedo a perderte cada vez se hace más grande, pero ya hablaré de eso más
adelante.
Y que decir de esa familia que no me dio la sangre pero sí
el universo, esas historias de resiliencia que me recuerdan la maravilla de elegir
y decidir siempre el bien personal. Gigi la imparable, la incansable… ahora
bien sé que no es por gusto, sé ahora que si no te detenías era porque no
tenías de otra, a veces pensaba que si yo hubiera sido tú, yo me
hubiera detenido a tomar un respiro o un descanso, seguro no me volvía a parar... Tanta perdida hace inverosímil verte ahora tan plena y feliz, gracias por
enseñarme a decirle a la vida: sí se puede,
logré encontrar la plenitud aunque esta me dure lo que me tenga que durar, ¡lo logré!… Gigi, me
dejas la vida segura de decir, la felicidad no es con base en, sino a pesar de
todo. Y así puedo enunciar los nombres de muchos ejemplos: Lupita y su manera
de romper con lo que parecía un ciclo repetitivo de pobreza emocional, Dany Hersan
y su constante llanto hasta encontrarse una mejor versión de si misma y demostrarse que sí se puede lo que ella quiera, Edgar Omar y su determinación por
seguir todos los días a pesar de la perdida de su norte, su compromiso consigo
mismo para decidir que es lo suficientemente valioso como para conformarse con
cualquier camino de asfalto estrecho, por decirlo de manera elegante y no decir
con cualquier pendejo.
Todas estas historias son base para callar mis miedos y
prepararme para mi siguiente movimiento, donde planeo empezar de cero de manera
limpia, sin prejuicios, sin expectativas de los demás, con mucho miedo, pero
con la certeza de que la vida es un instante y si he de vivir será con la
seguridad de que no me quede con ganas de nada y de que está en mi estirpe volver
a empezar donde me llame la felicidad, nunca el confort.
Por todas esas historias que suman a la mía, y porque estoy dispuesto al futuro como la promesa donde
cabe todo aquello lo aún no me sucede.
lunes, enero 09, 2023
Un adiós para una gran bienvenida
Entré a mi primer trabajo formal con un nervio, a los 18 la vida se me había ido en la escuela y un par de trabajos para estudiantes de fines de semana, era una operadora de fondos de inversión cuando recién empezaba el boom por ellos. Para esos entonces era más inseguro de lo que soy ahora, yo el estudiante de escuela pública en el medio financiero en medio de puras chicas, casi todas guapas y tan seguras de si mismas, bastaba verlas para saber qué era lo que querían en la vida. Recuerdo haber entrado a la oficina que ocupa el área de telemarketing y estaba llena porque había entrevista en televisión y estaban tomando llamadas, también recuerdo que fuiste tú la que se me acercó con la sonrisa más franca y a pesar del estrés del momento, benditos días aquellos donde el estrés era no perder llamadas y de hacerlo yo creía que era algo de vida o muerte… que digo benditos días, más bien bendita vida que hace ver los pesares como algo relativo. En fin, ahí estaba yo cuando de pronto te acercaste con tu sonrisa bonita y me hiciste sentir bienvenido, fuiste mi primer gran recuerdo de ese lugar.
-Hola, soy Sandra- dijiste, no recuerdo el resto de la presentación,
pero contigo me sentí menos nervioso, con menos miedo. Dios... ahora entiendo
que no son los lugares o los momentos, son las personas las que me hacen los recuerdos
valiosos. No convivimos mucho tiempo, pero el tiempo que lo hicimos siempre
tuviste una sonrisa grandota, un abrazo, un “bombono” para mí, sin importar que
yo tuviera la cabeza en la luna y no compagináramos en salidas o metas, siempre
te sentí como alguien bonito.
Soy muy agradecido con las personas que me dan paz y tu me
la dabas, por ello a pesar del tiempo siempre quise saber que estabas bien, me
daba gusto verte cada vez más guapa, más segura, más decidida. No puedo decir
cosas como fuiste la mejor porque no convivimos mucho, además
de que te veía como una humana con tus claros y tus oscuros, con locuras, disfrutando, cantando a Alejandro Fernández, y siempre con esa sonrisa grandota
que me regresa al “hola, soy Sandra”.
Hoy me dijeron que ya no estabas y se me hizo el corazón
chiquito, algo se me rompió un poquito, y no deje de pensar en tu sonrisa y en
tu cabello y en todas tus fotos. No voy a decir que éramos los mejores amigos, los
más cercanos, los más íntimos porque no, no lo éramos. Solo te puedo decir que
para mí fuiste y siempre serás la mejor bienvenida, la más bonita.
Sabes bombona, estoy seguro que a donde quieras que estés,
la vida, el universo o dios te recibieron de la misma manera, puedo asegurar
que quién te recibió se presentó contigo te sonrío de manera sincera y te hizo
perder todo miedo, hizo desaparecer todos los nervios y te sentiste en paz y
tranquila… confiada.
Sandra, en donde quieras que estés mi gratitud total siempre,
te quiero bombona
domingo, diciembre 04, 2022
Tanto tiempo en tan pocos años (38)
Tantas historias pendientes en todos estos años, tantos cuentos inconclusos. A veces pareciera tanto tiempo en tan pocos años y otras veces muchos sucesos para tan poco tiempo. Desde hace más de un año al salir de casa rumbo al trabajo veo el cielo como la misma vida, esto según mi percepción, unos días claros que dan ganas de amar hasta lo que no he conocido y otros días grises, humedos, con neblina que dan ganas de regresar a mi cama y maldecir todo lo que me ha traído hasta aquí, pero a pesar de esas ganas, continuo.
Curiosa la vida que en el 2009 me trajo para llorar a mi abuela paterna y ahora en 2022 cada vez que veo San Cristobalito hablo con ella: ay María, ¿a poco no es bonito?, y juego a que me contestas y sigo la conversación, sí, sí vale el estrés y el miedo estar acá, al fin que la vida se nos va resolviendo poco a poco, y sí María, me voy a quedar por curiosidad a ver hasta donde da esta vaina.
Y así los días en su rutina constante: llego tarde unos días, otros más, me estreso, me río, como, planeo, agradezco al equipo que tengo unos días y otros los maldigo a todos no al mismo tiempo pero sí por partes, salgo tarde, hablo con mi madre; como me gusta oír su voz, escucharla bien, dispuesta a trabajar por su bienestar aunque le tema a la tristeza. Ay ma… creo que eso viene de familia, si vieras cuánto me costó reconocerla, abrazarla y al día de hoy me cuesta, no es fácil aceptarnos tristes cuando nos han enseñado a ti y a mi a sonreír aunque nos duela el corazón, como la canción de Chaplin, pero es cierto que eso nos ayudó, fue nuestro escudo ante las cosas que no entendíamos y es cierto, hemos hecho lo que hemos podido con lo que tenemos y bendito el destino, la vida, el universo, dios… hoy es mucho.
Bienvenidos los 38 y de corazón deseo caminarlos una buena temporada con los pies en la arena con la única intención de contemplar y disfrutar el mar porque así la vida: fiera, calma, arrebata, tranquila pero nunca quieta ¡Feliz cumple Efraín!
sábado, mayo 07, 2022
Los miedos de Ana
domingo, mayo 01, 2022
De sueños, patines y recuerdos
domingo, abril 17, 2022
Pequeña celebración hoy en tu cumpleaños
Inicié mi día pensando con el recordatario de tu cumpleaños, te soy sincero, llegué a una edad en la que mi calendario dicta mis horas, mis descansos, mis actividades y le he confiado hasta mis celebraciones. Gran acierto el mío porque me recordó que hoy es 17 de abril, día de contrastes que me detona todas las emociones. Pero ya te iré contando.
Después de levantarme me alisté para ir a caminar con rumbo a la montaña. Normalmente tomo taxi para llegar a la entrada de dicho lugar, pero esta vez no, esta vez quise caminar, ver las calles con su gente, sentir el sol, abrazar mis pasos en la tierra y jugar en el filo de las aceras, aún hago eso de intentar no caerme al caminar a la orilla de la banqueta como cuando era niño, me río de mi mismo y mis 37 años que en esos momentos se siente como si solo fueran 7. Estoy absorto en mis pensamientos, presto poca atención a la calle pero a pesar de eso me siento bien, me siento aquí, como su viviera aquí de años pero con esa mirada de turiste que le ponga a los lugares conocidos así a veces descubro lugares o detalles nuevos.
Caray, hace calor, pero sigo el camino, paso un río, una iglesía blanca con azul, una casona abandonada, un mini super que vende hasta pan, una gas, un restaurante de barbarcoa y gorditas que seguro amarías, un mercado, gente pobre de cara honesta, gente bien vestida con cara de pocos amigos, me cruzo con gente amable y otra arisca, paso por lugares que venden hierbas y cosas misticas, con estatuas de santos y de la santa muerte, paso otro río, otra iglesía, el cielo azul con su sol que no da tregua me hace pensar si fue una buena decisión haber emprendido ese paseo. Ahora una panadería y luego otra, una farmacia que promete ser la más económica y luego una tienda, un borracho tirado a pleno rayo del sol usando su vida a su antojo y el sol igual de inclemente con él, pobre borracho, gastar la vida en botellas y resacas sin que la vida fuera eso... ¿y sí la vida pudiera solo eso? me pregunto... y de inmediato me respondo: que bueno que no me gusta el sabor del alcohól. Llego a la falda de la montaña, compro agua y de pronto un viento que lleva tierra, cierro los ojos y pienso en ti, cierro la boca y me gusta ese momento porque soy conciente de cada cosa que está pasando por mi día. Tengo tierra en la cara y en la boca a pesar de haberla cerrado, tomo agua para enjuagar la tierra y escupo. Sigo mi paso, cambio el playlist de Deezer y de Alex Ferreira paso a mi playlist de Melodías entre clasicas y música de camara con toques electronicos, de esas que son como de soundtrack de película y que tanto me calman y me hace abrir más los ojos al cielo, a los árboles, a la calle que dejó de ser de cemento y se convierto en tierra y piedras, los perros callejeros amigables, las flores de colores en mitad de la tierra y el desorden dan fe de que la belleza se abre camino ante todo.
Llego a la cima, las primeras personas en la motaña una familia que se ya se va y otra vez me quedo solo, estoy en la cima solo, tanta inmensidad y yo ahí... hablando contigo, con el cielo, sintiendo el viento, ni una nube pero si mucho aire... refresca, me mueve, me espanta.
Me voy a un lugar con menos viento y de igual manera solo, me pongo a cantar, sí, canté a la nada en voz alta, sin pena, ¿sabes, me da pena cantar y que otros me puedan escuchar? pero estoy solo, soy yo y los árboles, me salen las palabras y canto alto, como si nadie escuchara y es verdad, nadie escucha y deje salir las canciones que más siento, las que hablan de desamor, las que hablan de esas ganas de amor, las de agradecimiento, las irónicas. Canté por más de una hora a pleno pulmón y yo feliz de haber hecho algo que me daba pena, pero todo sea por celebrar perder más la cordura a lo que pensaran los demás y hacer algo por mí.
En el descenso toqué varios árboles, ya sabes que creo que todo está unido a través de sus raíces visibles e invisibles, mietras los tocaba estaba seguro que conectaba con la gente que traigo en el corazón, pensé en muchas personas y a todas les deseé paz, sanación, amor por la vida, fuerza para sus batallas y mucho amor de la tierra para sus días. Ya casi al final de la bajada hay un lugar que vende cosas orgánicas, compré kombucha de limón y un paquete de galletas, bien sabes que solo puedo comer galletas o pasteles en fechas especiales y pues hoy es especial. El paquete traía diez galletas chiquitas de maíz y dediqué cada una a mis raíces, una a ti, otras a mis abuelos, otra a mi madre, otra a mi padre, otra a mi hermano y una a todos los que habitan en mi corazón... infinidad de personas a las que les dedique esa galleta.Tomé un colectivo si tituvear, compré una entrada al cine, vi una película de vikingos, bastante rara a mi gusto pero salía Nicole Kidman así que me dejé llevar. Tal vez te hubiera gustado verla, tal vez no, quién sabe.
Salí con intención de seguir celebrando con un brownie de chocolate en Kinoki, un restaurente con una terraza con excelente vista pero con un servicio de meseros más raro y disperso que yo. Una vez ahí, me senté en una mesa para cuatro personas, pedí sin pedir la carta el dichoso postre, que venía recomendado y un chocolate artesanal, bien lo merecía. Estaba dispuesto a pedir un deseo en nombre del festejado cuando tres chicas y un chico llegaron sin mesa disponible y me preguntaron si se podían sentar conmigo, carajo... ¿y mi plan de celebración, mi momento contigo y conmigo? y en ese momento a manera de respuesta pensé: qué carajo, tú eras amiguero y risueño seguro hubieras hecho una locura así. Les dije que sí, los cuatro rondaban entre los 28 y 30 años, su vida se resumia en vacacinoes, borrachera, disfrute... el resumen de una juventud bien vivida. Una chica me contó de sus penas de amores y sus dos aciertos más inicertos, otra me contó de su elección de carrera y su felicidad, otro me contaba de sus negocios y su soltura. Que dicha conocerlos, no sé porque al oir sus locuras te escuchaba a ti, me puse a imaginar las locuras que tu hubieras hecho y la diversión que sería tu vida.
Hoy 17 de abril, en tu celebración celebré tu vida, mi vida, tu ausencia y mi presencia, abracé tus decisiones y solté las mías. Hoy en tu celebración sentí tu vació, sentí tu vida, vi tu risa, me imagine tu vida, recordé tu partida, reviví nuestra infancia y vislumbre mi vida sin ti pero conmigo.
Dano, no fue una celebración triste, tal vez un poco melancólica, pero no triste, fue una celebración como a mí me hubiera gustado celebrarte, te llevé de paseo, te canté, te mostré el infito, compartimos a mordidas con los que amamos, comimos pastel, hicimos amigos, nos reímos... como nos reímos pero sobre todo como hemos vivido, caray... como hemos vivido.
En mi corazón todos los días, muy pero muy feliz cumpleaños.
La vida en sí...
NOTA: antes de leer poner como soundtrack "God moving over the face of the water" 6:30 de la mañana, es una mañana fría de Mayo en...
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